DONATO DE SANTIS

Hay cocineros que inspiran desde la técnica, y otros que lo hacen desde la vida misma. Para mí, Donato De Santis es ambas cosas: maestro de la pasta, referente de la cocina italiana en Argentina y ejemplo de lo que significa emigrar, empezar de cero y construir un camino propio con pasión y perseverancia.

Mi admiración por él viene de lejos. Recuerdo verlo en sus programas en El Gourmet y Utilísima, donde siempre transmitía la pasión por la cocina italiana con calidez y cercanía. Más tarde lo seguí en MasterChef y en Dueños de la cocina, donde su rol de jurado dejaba claro no solo su exigencia, sino también su compromiso con la excelencia y la enseñanza. Esos momentos frente a la pantalla fueron mi primer acercamiento a su mundo

Tambien lo admiro profundamente por haberse animado a dejar su tierra natal y, con esfuerzo, convertirse en una figura respetada de la gastronomía en Argentina, Italia y a nivel mundial. Su historia me inspira porque muestra que las raíces nunca se pierden: se llevan en cada receta, en cada plato de pasta, en cada gesto frente a la cocina.

No es casual que me encante su libro Pura Pasta. Cada una de sus recetas me conecta con mis orígenes, con la nostalgia de esas comidas que atraviesan generaciones. Al leerlo, me dan ganas de amasar, de probar, de viajar directo a la Puglia y sentarme a la mesa como si estuviera en la casa de mis bisabuelos.

La pasta es eso: tradición, identidad y memoria. Y Donato tiene la capacidad de transmitirlo de una manera que emociona y enseña al mismo tiempo.

Lo que más me sorprende de él es su humildad y su búsqueda constante de nuevos desafíos. Hoy, en plena carrera consolidada, eligió sumergirse en una pasantía en el restaurante Mirazur en Niza con tres estrellas Michelin, de incógnito, viviendo la experiencia completa desde abajo.

Eso, para mí, es el mejor ejemplo de lo que significa ser un verdadero maestro: nunca dejar de ser alumno.

Seguir su trabajo me recuerda por qué amo tanto la cocina. Me invita a mirar mis raíces, a emocionarme con la simpleza de un plato de pasta y a valorar la constancia detrás de cada logro. 

Donato es más que un referente gastronómico: es un recordatorio de que las profesiones no tienen fronteras, que la pasión abre caminos y que siempre hay algo nuevo por aprender.

Y vos, ¿qué cocinero o cocinera te inspira cuando pensás en tu historia en la cocina?





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