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Mostrando entradas de septiembre, 2017

¡Cocinero, se nace y se hace!

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Podes nacer y sentir desde pequeño una fuerza que te empuja hacia los sabores, las cocinas, las recetas o podes adquirir todo eso mientras vas entre sobresaltos por la vida. Cocinero/a se nace o se hace. Ninguna más importante que la otra. Ambos se cortaron las manos a mas no poder cuando eran aprendices, limpiaron pisos, lavaron platos y luego transpiraron amor con cada plato que despacharon. Ambos se enamoraron tanto del perfume de una flor, como el de una salsa. En ambos casos vamos de mercado en mercado enamorándonos de tomates, espinacas, frutas, pescados. Nuestras salidas más emocionantes no son a un shopping en busca del ultimo pantalón de moda, nosotros/as salimos en busca de chaquetas, delantales, calzado cómodo y cuchillos, entre otras cosas. Creo que no importa si naciste o te hiciste cocinero, si te lo inculcaron, si te metiste en la carrera por estar de moda, si pensabas que no ibas a tener que estudiar tanto como en otras carreras, arquitectura, abogacía, medicina (gran

l'humilité

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Humildes en una cocina, en la casa y con la familia. Humildes de nacimiento o por haber aprendido en el camino. Tener humildad ante las heridas porque son aprendizaje. Humildes hoy que existimos porque quizás ya mañana, no estamos. Humildes ante los aplausos. Humildes cuando nos critican. Humildes con nosotros mismos. Humildes con nuestros cientos de seguidores. Humildad para los comensales porque para ellos trabajamos. Humildes con nuestra profesión, porque con ella alimentamos. Humildes ante un trozo de carne porque tuvo vida, humildes nosotros/as todos los días. Humildes porque acariciamos paladares y llegamos a corazones, por eso somo grandes servidores. Humildes con los alimentos, porque ellos son muy generosos, humildes ante todo y para todos.

¿Que duele más?

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Me intriga saber que piensan los demás cocineros/as, con respecto al dolor. ¿Que duele más? ¿Un corte por el filo de un cuchillo, o una crítica de un comensal? ¿Que duele más, que te devuelvan un plato que apenas lo prueban, o una quemadura con el horno? ¿Que duele más, que se te caiga un plato terminado en medio del servicio, o que te ardan las manos por la alergia a los químicos que usamos para limpiar después de cada servicio? ¿Qué te duele más, las piernas después de estar 10 horas parados, o que un comensal no se vaya satisfecho? Está bien que son dos maneras de interpretar el dolor una física y otra emocional. Pero sinceramente. ¿Qué te duele más? En lo personal, el dolor me afecta más cuando es emocional. Una crítica destructiva, una crítica constructiva en un mal tono, la devolución de un plato apenas probado, el reto de un jefe cuando yo sabía, que quizás lo estaba haciendo mal, y no tuve tiempo de corregirlo, esas cosas me marcan. Al igual que las cicatrices que nos de

RESPETO

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Si en este rubro el respeto no te abraza, estas perdido… ¿Por qué gritar, si podés hablar? ¿Por qué ignorar si podés ayudar? ¿Por qué no decís que tienes miedo, en vez de putear a un compañero? ¿Por qué contratarlo en negro, si vos si tienes obra social, si aportas y vas cargado sobre cuatro ruedas? Podría estar todo el día haciendo preguntas.  Hoy quiero hablar del respeto . ¿Por qué? Bueno en estos largos o cortos años en el rubro (depende con que colega me compare) viví muchas experiencias, me sentí humillada, mal contratada, acorralada, no respetada. Por suerte soy de mirar el vaso medio lleno, y rescato todo lo bueno que me dejo la experiencia, por más dura que haya sido, en todo caso puedo decir que es una cualidad personal, y eso no significa que no deban respetarme.  Aclaro igual que en mis casi 10 años de profesión no fue siempre así. Igualmente.Repito. Si en este rubro el respeto no te abraza, estas perdido. A la corta o a la larga, nadie quiere trabajar en una cocina