GESTOS
Gestos. Eso quiero ver. Observo a la gente en los micro
segundos que tengo. Observo desde que entran al salón, observo cuando ya estas
sentados, eligiendo el vino. Trato de entender su energía, quiero observar que
le trasmitimos con los platos. Miro atentamente cada mesa, cada rostro. Veo gente
relajada, sonriente, y disfrutando. También veo gente un poco seria, en esa
gente me enfoco. La mayoría pide menú degustación, van saliendo los platitos, y
yo sigo observando, parada detrás de la barra, apenas mis ojos se asoman. Ojos
grandes que lo ven todo. Ojos grandes que se emocionan, si logro mi propósito. Salen
dos, tres platos y esa gente seria tiene la cara paralizada, no me dice nada.
Siguen llegando comandas de las mesas de la felicidad y de esta mesa de la
gente seria. Saco el cuarto plato, la cara del serio, ya no es tan seria, se
ablando, no se si por el vapor del plato que le envié a la mesa, pero muy de a poco
creo que lo voy logrando, no me trasmite nada, todavía. Sigue la lluvia de
comandas, yo modo pulpo on. Le saco el quinto plato, y cuando miro la mesa,
este señor serio, ya le tomo la mano a su esposa, primer gesto en toda la
noche, hasta ese momento parecía que había ido a cenar solo, la señora era
transparente para el, parecía. Le saco el paso siguiente del menú degustación,
la camarera le sirve primero a la señora, y luego a él. El señor mira el plato, lo gira, lo sigue mirando.
Levanta la mirada la mira a su esposa y se produce por fin la magia. El hombre
muy lentamente sonríe, no logro ver sus dientes, pero si sus comisuras en su máximo
potencial. Mis ojos se agrandan, mi corazón no late, siento que galopa. Luego
de ese momento, el hombre se lleva un bocado a la boca, lo saborea, lo pasea, mastica,
traga y sonríe, tan grandiosamente que puedo observar toda su dentadura
completa. Se miran con su mujer, su mujer toma la iniciativa y le agarra la
mano, también sonríe, se miran unos segundos, él acerca la mano de su esposa y la besa y siguen comiendo. De eso
hablaba, de gestos. Los necesitaba, quería llegar a él en silencio, a través de
sabores, texturas olores. Y necesitaba, su devolución. Por suerte la tuve.
Ahora sí, conectamos. El propósito esta cumplido, por lo menos para mí.
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