Cuisinier professionnel
No nací en cuna de oro, de infancia muy humilde. Aprendí a
los golpes. Donde tengo parte borrada,
para no volver a sentirme tan triste, pero otra parte está cada día en mi
mente, para recordarme que siempre quise esto, cocinar. Me costó entrar en el
mundo de la gastronomía, entenderlo, no pude estudiar cuando yo quise, así que
primero trabajé, y luego estudié. Leí, investigué, vi programas de tv, series,
películas. Siempre me ayudo la curiosidad, fue mi cómplice. Así y todo no fue fácil creer en mí,
valorarme. Cuando muchos no me apoyaban en dedicarme a esto, tenía otra gente alentándome
a seguir, diciéndome que, si iba a dedicar mi vida a hacer algo que no amaba,
iba a ser una vida en vano y triste. Me decían que la plata no iba a llenar mis
bolsillos quizás, pero si hacia lo que amaba iba a llenar mi corazón en cada
servicio en cada trabajo. Por suerte escuche esa campana, seguí el camino de
abrazarme a mi profesión y caminar junto a ella, me apoye y tuve fe en ella
muchas veces, es mi religión, mi compañera, mi gran amor. La cuido, la respeto,
a veces nos tomamos un tiempo porque necesitamos aire, pero siempre vuelvo
corriendo a ella.
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