FUEGO

Fuego que recorre todo mi cuerpo desde el vientre de mi madre, fuego que despertó mis demonios más de una vez, y a la vez, peleó contra las lágrimas que acumulaban mis tristezas.
Fuego que te hace encontrar, que te hace crecer.
Fuego que cuando esta oscuro, ilumina.
Fuego que arde, cocina, quema. Fuente de calor, en días de frío e insomnio. Fuego que es temporal como mis miedos, por momentos tiene poder y en otros se esfuma, se apaga. Llama que acaricia, llama que penetra, un cacho de carne un trozo de verdura. 
Humo que nubla la vista, pero señaliza un instante y me expone. 
Fuego que marca la piel y el corazón. 
Fuego que al mirarlo te hipnotiza y te pone a pensar. Te pierdes con él, te pierdes en vos.
Alimentos quemados en su justa medida, interrumpen la armonía.
Mi sangre es tibia como las cenizas que quedan cuando la llama quemó la leña y la convirtió en braza, lo que logró que un alimento crudo pase a estar cocido. Ceniza que demuestra que algo ocurrió. Deja huella. 

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